El verano está a la vuelta de la esquina y a todos nos gusta disfrutar del tiempo libre en la playa o en la piscina, eso sí, protegidos de los rayos solares.
Los pediatras y los farmaceúticos recuerdan que la educación para concienciar, tanto a padres como a hijos, es imprescindible para evitar quemaduras en la piel y sus consecuencias.
Está demostrado que las quemaduras por radiación UV en la infancia constituyen un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer cutáneo melanoma o no melanoma, por lo que son necesarias intervenciones educativas para concienciar a los padres sobre la necesidad de una protección adecuada. Por lo que el uso de fotoprotectores, ropa protectora y gafas evitan las quemaduras y además, los hábitos y la educación "solar" se adquieren de forma temprana.
- Se recomienda aplicar una cantidad de crema que cubra de forma homogénea la superficie expuesta de la piel. Las cremas de protección para niños menores de 3 años se recomiendan sólo si son de filtros físicos para minimizar el riesgo de sensibilización (alergias). Como regla práctica se recomienda aplicar una cantidad suficiente que cubra de forma homogénea toda la superficie expuesta de la piel. Hay que repetir la aplicación cada 2 horas, despúes de meterse en el agua o de practicar ejercicio (caso de los niños... no parar de hacer castillos de arena para edificar toda la costa cantábrica).
El nivel de protección es una de las preguntas más frecuentes que recibimos en la farmacia, así que os dejamos el mini esquema que dominamos nosotros, según el porcentaje RUV bloqueada:
· 15-24 Bueno 93,3-95,9
· 25-39 Muy bueno 96-97,4
· 40-50+ Excelente 97,5-99+
- La ropa como protección. Cada vez existe mayor evidencia de que la mejor forma de protegerse es evitando la luz del sol y usando ropa adecuada para minimizar una sobreexposición. Los protectores solares constituyen una opción complementaria. Por lo que se recomienda el uso de:
· Una gorra o sombrero que proteja el cuero cabelludo y la cara.
· Una camiseta de algodón, preferiblemente de manga larga.
· Unos pantalones.
· Unas gafas de sol.
- Bajo los árboles o la sombrilla. Ojo con este factor, ya que el factor de protección que ofrecen oscila de 10 a 30. En verano y en la playa, la protección con sombrillas no suele realizarse correctamente: únicamente el 10-14% de los niños y adultos lo hace correctamente.
- Water resistant y Water proof. En el caso de los más peques, que pasan muchas horas bañándose y jugando dentro de la piscina o el mar, existen productos solares con fórmulas resistentes. Estos son:
· Water-resistant: cuando el fotoprotector no ha perdido la capacidad protectora después de 40 minutos de permanencia dentro del agua.
· Waterproof: cuando el fotoprotector actúa durante más de 80 minutos después de entrar en contacto con el agua.
- Hidratación y alimentación. Juegan un papel importante; los expertos destacan que para evitar el golpe de calor y las posibles deshidrataciones es aconsejable incrementar el consumo de agua. Lo ideal es beber agua con frecuencia, antes de tener sed.
En cuanto a la comida, para prevenir intoxicaciones o infecciones intestinales por comidas en mal estado es aconsejable tomar productos recién preparados, refrigerar los alimentos si se van a transportar a la playa, beber agua embotellada y evitar platos cocinados con huevos que se deterioren con facilidad.
Las medidas básicas de higiene como lavado frecuente de manos y el lavado de verduras y frutas son la forma más eficaz y económica a la hora de evitar infecciones.